¡Pero justo se puso a llover, así que, vamos a casa!
¡Pero qué lindo que es correr bajo la lluvia! Y más aún cuando llueven corazones.
Había una vez (y hay ahora) una niña hermosa llamada Felicitas, que con inmensa sabiduría, ternura y risas, me enseñó que la vida es bella y el mundo es hermoso, y me llevó de la mano hacia la luz, con destino a la felicidad.
¡Feli, felicitame, hoy pasé de grado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario