Había una vez (y hay ahora) una niña hermosa llamada Felicitas, que con inmensa sabiduría, ternura y risas, me enseñó que la vida es bella y el mundo es hermoso, y me llevó de la mano hacia la luz, con destino a la felicidad.
viernes, 31 de enero de 2014
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¡Pasé de grado!
¡Feli, felicitame, hoy pasé de grado!
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